viernes, 19 de octubre de 2012

Desde pequeño...

Desde pequeño tenía la idea de que mis pensamientos malvados se materializaban en el mismo instante en que pasaban por mi cabeza. Bajo ese nivel de percepción yo sería el único en o percatarme de las consecuencias de esos actos. El ahora seguiría flotando para mi otra vez.

sábado, 13 de octubre de 2012

El Yiyi: un poco de arte marginal.


El autor de estos collages se convirtió por méritos propios en una figura incómoda de los bares nocturnos de Cádiz. Era un tipo desgarbado que se sentaba cerca de los grupos de amigos para no parecer solo. La verdad es que no trasmitía mucha confianza. Mucho menos cuando te contaban "lo que decían de él": una recopilación de leyendas urbanas terroríficas que de ser ciertas convertían al Yiyi, ese era su nombre, en un peligro público. Y bueno, tampoco era para tanto.

Los collages en cuestión aparecieron en un local de ensayo de la zona franca, hace ya mucho tiempo, junto con una incoherente carta en la que después de dar muchas vueltas y no decir nada, ofrecía un número de cuenta para que cualquier filántropo que pasase por allí le ingresara dinero, a volutad, y colaborase así con su trabajo artístico.

Porque el Yiyi era un artista. No voy a decir que fuese bueno. Ni que el Yiyi era un genio maldito. Porque no lo sé, nunca he visto su trabajo a parte de estos collages que tampoco son precisamente "buenísimos". Pero en Filete de Panda nos gustan los artistas malditos sobre todas las cosas: y el Yiyi lo era. Más maldito que artista seguramente, pero tan maldito que todos huíamos de él.