lunes, 24 de junio de 2013

No todas las cosas viejas son viejas.


Sin saber cómo ha ocurrido, los cómics se han convertido en un artículo de lujo: encuadernaciones elegantes, papel de calidad... y precios desorbitados. No es que nos quejemos de este nuevo respeto  hacia el noveno arte, nos gustan que cuiden las ediciones y se preocupen por ellas ¡Es que no podemos pagarlas!

Afortunadamente para los que no tienen alergia al papel amarillento, todos los domingos entre el Parque Genovés y Filosofía y Letras, podemos volver al pasado un rato y rebuscar entre cómics viejos de Historias de la Puta Mili, El Guerrero del Antifaz, o las magnificas revistas de los ochenta (hoy tristemente desaparecidas) El Vívora, Cimoc, o Comix Internacional, que tanto bien hicieron para dar a conocer a muchísimos autores. Bueno, también podremos encontrar mucho Marvel de los noventa que no estaba tan mal, con el coloreado ofset a puntitos que tanto nos gusta.



Arqueología polvorienta de una época en la que los cómics eran un entretenimiento accesible y no un elemento decorativo extraordinariamente caro del nadismo estético que nos rodea... En fin, a parte de todo, un paseo por el mercadillo, entre libros viejos, vinilos, juguetes rotos, cosas extrañas y unas cervezas en el Mentidero ¡y haces el domingo, eh!








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